La importancia que la Internet de las Cosas (IoT) tiene en la actualidad ha ocasionado que se haga mucho ruido de ello. Las nuevas consolas de videojuegos, los teléfonos inteligentes, las tablets, smartwatches y demás dispositivos conectados a la red son impresionantes, y todos tiene una cosa en común: la transmisión de datos. Hoy los dispositivos IoT se consideran tan buenos (o útiles) como la red en la que se ejecutan, pues su desempeño depende de la calidad de la transmisión de datos que ésta les proporcione, sin embargo, también existen herramientas que ayudan a aprovechar de distintas maneras esos datos y, por ende, los dispositivos.
“Las herramientas finales (back-end) pueden ser de gran ayuda para segmentar, sintetizar y mostrar esos datos en un formato que se aprovechen de mejor forma”, afirma LeaAnn Carl, Product Line Manager de CommScope, “eso es realmente la parte difícil, saber exactamente qué necesita ser capturado, cuánta información almacenamos, cuál es la manera más eficiente de mostrar y comunicar los resultados o qué herramientas son necesarias para obtener valor de todo esto. Todo depende realmente de los problemas que estamos tratando de resolver”.
Además de contar con redes veloces y eficientes, cuya capacidad de transmisión soporte el ritmo actual de los dispositivos IoT, la cantidad de información que viaja dentro de la red física presenta otro tipo de retos que los operadores deben saber afrontar. Con la cantidad de datos transmitidos, la gestión de los mismos es indispensable no sólo para recolectar, rastrear y mostrar la información, sino para administrarla de forma tal que toda sea buena y útil para los usuarios.
Para LeaAnn Carl, una gestión adecuada de estos datos puede, por ejemplo, mejorar los servicios que se presten en una determinada ubicación, sintetizar y segmentar la información de una empresa para aprovecharse en otras aplicaciones, e incluso, obtener resultados y métricas que apoyen a los administradores a mejorar sus procesos.
“Afortunadamente existen sistemas y herramientas back-end que ayudan a aprovechar eficientemente los datos, como lo son los sistemas AIM (Automated Infrastructure Management) que desarrollamos en CommScope, Por definición básica, un dispositivo IoT es aquel que está conectado a Internet y comparte datos con otros sistemas y dispositivos IoT, y las herramientas AIM satisfacen correctamente los retos que esto implica, cruzando todos los datos e información y procesándola en un formato consumible para resolver problemas del mundo real”, agregó.
Con las densidades de fibra cada vez más altas, así como las conexiones de punto a multipunto y la demanda de arquitecturas leaf-spine, gestionar la infraestructura de red presenta constantes desafíos. Por ello, las soluciones de Gestión Automatizada de la Infraestructura son para la IoT herramientas de alto valor que permiten satisfacer la necesidad de mantener diferentes conexiones que estén interrelacionadas en el uso cotidiano de la red.
“Monitorear y gestionar la infraestructura de red nunca había sido tan desafiante. De vuelta a las redes, basta con pensar en toda la información útil que se podría obtener dentro de la red física si existiera un dispositivo IoT que recoja y maneje toda esa información, de tal forma que no sólo ayude a resolver los problemas que se presentan, sino al mismo tiempo registrar esos datos para mejorar los sistemas a futuro”, concluyó la Product Line Manager de CommScope.