Washington, DC., febrero, 2017.- Un nuevo informe del Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR) analiza los indicadores económicos y sociales claves, así como los cambios institucionales, normativos y de política económica en Ecuador en los diez años transcurridos desde que Rafael Correa tomó posesión de su cargo. El informe también analiza cómo el gobierno ecuatoriano abordó la crisis y recesión financiera mundial de 2008–2009, y un segundo colapso del precio del petróleo que comenzó en 2014.
“Las reformas y cambios en la política macroeconómica durante la última década, los cuales fueron muy innovadores en algunos casos, parecen haber permitido avances económicos y sociales importantes, a pesar de dos sacudidas económicas exteriores que generaron recesiones en Ecuador”, señala Mark Weisbrot, coautor del estudio y co-director y economista de CEPR.
Entre los hallazgos del informe, destacan los siguientes:
El crecimiento anual del PIB per cápita durante la última década (2006–2016) fue del 1,5%, en comparación con el 0,6% en los 26 años previos.
La tasa de pobreza disminuyó un 38% y la pobreza extrema un 47% — una reducción mucho mayor que la de la década anterior. Buena parte de la reducción de la pobreza se debió al crecimiento y al empleo, pero una parte también fue resultado de programas gubernamentales que ayudaron a los pobres, como el programa de transferencia de renta Bono de Desarrollo Humano, que creció más del doble en términos de porcentaje del PIB.
La desigualdad disminuyó sustancialmente, medida mediante el coeficiente de Gini (del 0,55 al 0,47) o mediante la ratio entre el 10% más rico y el 10% más pobre en la distribución de la renta (de 36 a 25, hasta 2012).
El gobierno duplicó el gasto social, en porcentaje del PIB, del 4,3% en 2006 al 8,6% en 2016. Esto incluyó aumentos considerables del gasto en educación, salud, desarrollo urbano y vivienda.
Hubo aumentos significativos en las matrículas en los diversos niveles educativos. El gasto en educación superior aumentó del 0,7% al 2,1% del PIB. Este es el nivel más alto de gasto público en educación superior en América Latina, y más alto que el promedio de los países de la OCDE.
El gasto público en servicios de salud se duplicó en porcentaje del PIB entre 2006 y 2016.
La inversión pública aumentó del 4% del PIB en 2006 al 14,8% en 2013, antes de caer hasta aproximadamente el 10% del PIB en 2016.
El estudio indica que estos logros no son el resultado de los efectos de un “auge de los productos básicos”, sino de opciones políticas y reformas deliberadas aplicadas por el Gobierno de Correa, como acabar con la independencia del Banco Central, impagar la deuda ilegítima, imponer impuestos sobre los capitales que salen del país, políticas fiscales contracíclicas y — como respuesta al desplome de los precios del petróleo más reciente — la aplicación de aranceles bajo una disposición de emergencia de la OMC para proteger la balanza de pagos.
“La experiencia de Ecuador en los últimos diez años demuestra que un país relativamente pequeño y de renta media-baja está menos restringido políticamente por la “globalización” de lo que comúnmente se cree”, señaló Weisbrot.