La debilidad de la recuperación de los mercados emergentes afectará notablemente el crecimiento mundial en 2016

La economía mundial se acelerará moderadamente hasta lograr un crecimiento del 2,9%

CIUDAD DE WASHINGTON, 6 de enero de 2016. El flojo crecimiento de los principales mercados emergentes afectará fuertemente el crecimiento mundial en 2016, pero la actividad económica tendrá un repunte moderado hasta alcanzar el 2,9 % (frente al 2,4 % registrado en 2015), a medida que las economías avanzadas cobren fuerza, según el informe Perspectivas económicas mundiales 2016, publicado en enero por el Banco Mundial.

La debilidad observada simultáneamente en la mayoría de los principales mercados emergentes dificulta la posibilidad de alcanzar los objetivos de reducción de la pobreza y prosperidad compartida, ya que dichos países contribuyeron enormemente al crecimiento mundial en los últimos años. Los efectos secundarios derivados de los principales mercados emergentes limitarán el crecimiento de los países en desarrollo y pondrán en peligro los logros obtenidos en los esfuerzos en reducir la pobreza, advierten los autores del informe.

“Más del 40 % de la población pobre del mundo vive en países en desarrollo donde el crecimiento se desaceleró en 2015”, señaló Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial. «Los países en desarrollo deben concentrarse en fomentar su capacidad de recuperación ante una situación económica más endeble y en proteger a los más vulnerables. Los beneficios de las reformas de las condiciones comerciales y de gobierno pueden ser cuantiosos y podrían ayudar a compensar los efectos de la lentitud del crecimiento en las economías más grandes».

El crecimiento económico mundial en 2015 fue inferior al previsto, debido a que la disminución del precio de los productos básicos, la debilidad de los flujos comerciales y de capital, y los episodios de inestabilidad financiera socavaron la actividad económica. La firmeza del crecimiento dependerá de la continuidad del ímpetu de los países de ingreso alto, la estabilización del precio de los productos básicos y la transición gradual de China hacia un modelo de crecimiento que se base más en el consumo y los servicios.

Según los pronósticos, las economías en desarrollo crecerán un 4,8 % en 2016, menos de lo que se había previsto anteriormente, pero más del 4,3 % registrado en año que acaba de terminar. Las proyecciones indican que el crecimiento se desacelerará aún más en China, mientras que Rusia y Brasil seguirán en recesión en 2016. La región de Asia meridional, encabezada por la India, presenta un panorama esperanzador. El Acuerdo de Asociación Transpacífico, negociado recientemente, podría dar un fuerte y bienvenido impulso al comercio.

“Hay una mayor divergencia de desempeño entre las economías emergentes. En comparación con lo que ocurría hace seis meses, se han incrementado los riesgos, en particular los vinculados a la posibilidad de una desaceleración desordenada en una economía emergente de importancia”, dijo Kaushik Basu, vicepresidente y economista en jefe del Grupo Banco Mundial. “Una combinación de políticas fiscales y medidas adoptadas por los bancos centrales puede ayudar a mitigar esos riesgos y respaldar el crecimiento”.

Si bien es poco probable que se produzca, una desaceleración más rápida que la prevista en las grandes economías emergentes podría tener repercusiones mundiales. Entre los riesgos también cabe mencionar una posible tensión financiera durante el ciclo restrictivo iniciado por la Reserva Federal estadounidense y las crecientes tensiones geopolíticas.

“Un crecimiento más sólido de los mercados avanzados compensará solo parcialmente los riesgos de que continúe la debilidad de los principales mercados emergentes“, dijo Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas de Desarrollo Económico del Banco Mundial. “Por otra parte, se mantiene el riesgo de turbulencias financieras en una nueva era de aumento de los costos del endeudamiento”.

Perspectivas regionales

Asia oriental y el Pacífico: Según las proyecciones, el crecimiento de la región seguirá perdiendo impulso y será del orden del 6,3 % en 2016, frente al 6,4 % registrado en 2015, ligeramente inferior al previsto. En China, para 2016 se pronostica un crecimiento del 6,7 %, más bajo que el 6,9 % observado en 2015. El crecimiento de la región excluida China se ubicó en el 4,6 % en 2015, en líneas generales sin variación respecto de 2014, ya que la lentitud del crecimiento de los exportadores de productos básicos, como Indonesia y Malasia, se vio compensada por la aceleración en Viet Nam y la moderada recuperación de Tailandia. Los riesgos incluyen una desaceleración más rápida que la prevista en China, la posibilidad de nuevas turbulencias en los mercados financieros y un abrupto endurecimiento de las condiciones de financiación.

Europa y Asia central: Para 2016 se proyecta un crecimiento del 3 %, más alto que el 2,1 % verificado en el año que acaba de concluir, dado que se espera que los precios del petróleo disminuyan más lentamente o se estabilicen, que la economía de la Federación de Rusia mejore y que Ucrania se recupere. Se prevé que la actividad económica de Rusia va a sufrir una contracción del 0,7 % en 2016, tras contraerse en un 3,8 % en el año que terminó. Podría reanudarse un crecimiento módico en el este de la región, que comprende Europa oriental, el Cáucaso meridional y Asia central, si se estabilizan los precios de los productos básicos. La parte occidental de la región, que incluye Bulgaria, Rumania, Turquía y los Balcanes occidentales, debería crecer moderadamente en 2016, impulsada por la recuperación de la zona euro.

América Latina y el Caribe: Conforme a las proyecciones, en 2016 la región tendrá una recuperación moderada tras la recesión: la actividad económica permanecerá sin cambios después de contraerse un 0,9 % en el año recién terminado, mientras lucha contra la persistente disminución del precio de los productos básicos y los problemas internos que aquejan a las economías más grandes de la región. Sin embargo, hay diferencias entre las subregiones, y el mayor crecimiento de los países en desarrollo de América Central y del Norte y el Caribe compensará  la debilidad de América del Sur. Se prevé que la recesión del Brasil continuará en 2016, pero se espera que el país vuelva a crecer en 2017. Si bien algo debilitado por los bajos precios del petróleo y las presiones fiscales conexas, se prevé que en México el crecimiento repuntará gracias a los beneficios de las reformas estructurales y el fortalecimiento de la demanda del mercado estadounidense.

Oriente Medio y Norte de África: Según los pronósticos, en 2016 el crecimiento se acelerará hasta el 5,1 %, frente al 2,5 % registrado en el año que acaba de concluir, ya que la suspensión o la eliminación previstas de las sanciones económicas contra la República Islámica de Irán permitirán al país cumplir un papel más importante en los mercados mundiales de la energía. También se prevé un repunte del crecimiento de otros exportadores de petróleo, más que nada partiendo del supuesto de que los precios del petróleo se van a estabilizar. La región corre serios riesgos ante la posibilidad de que los conflictos se agraven, el precio del petróleo siga bajando y no mejoren las condiciones de vida, lo que podría provocar malestar social.

Asia meridional: Con un crecimiento que, de acuerdo con las proyecciones, aumentará del 7 % en el año que acaba de concluir al 7,3 % en 2016, la región presenta una situación esperanzadora dentro del panorama de las economías emergentes y en desarrollo. La región es importadora neta de petróleo y se beneficiará de la disminución de los precios mundiales de la energía. Asimismo, debido a su integración relativamente limitada con el resto del mundo, la región es menos afectada por las fluctuaciones de crecimiento de otras economías. Se prevé que, en el año fiscal de 2016-17, la India, la economía dominante de la región, crecerá a un ritmo más rápido, del orden del 7,8 %, y Pakistán acelerará su crecimiento hasta el 4,5 %.

África al sur del Sahara: Se pronostica que la región crecerá un 4,2 % en 2016, en comparación con el 3,4 % registrado en 2015, a medida que el precio de los productos básicos se estabilice. La actividad económica variará de un lugar a otro de África al sur del Sahara: el aumento del consumo seguirá siendo flojo en los países exportadores de petróleo, ya que se incrementarán los costos de los combustibles, mientras que el descenso de la inflación en los países importadores de petróleo contribuirá a dar un fuerte impulso al gasto en consumo. Se prevé que Nigeria crecerá 4,6 %, después del 3,3 % registrado el año pasado, mientras que Sudáfrica tendrá un módico crecimiento de apenas el 1,4 % frente al 1,3 % del año recién terminado.

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